martes, 12 de mayo de 2009

El Espiritu Santo, fuerza y vida de la Iglesia

Hemos visto que, con la llamada a los apóstoles, Jesús inició la Iglesia. Podemos decir que en vida de Jesús se constituyó la samilla de la Iglesia, pero que esta semilla germinó con en envío del Espíritu Santo el día de Pentecostés. Es el nacimiento público de la Iglesia.

-Pentecostés y la comunidad de los discípulos
Recuerda que el final dramático de Jesús escandalizó a los discípulos, que se dispersaron, huyeron y se escondieron. La situación, sin embargo, no cambió después de la resurrección de Jesús y, definitivamente, con el envío del Espíritu Santo en el día de Pentecostes.

-El Espíritu Santo y la Iglesia
El don del Espíritu Santo es esencial para la vida de la Igelsia, como lo fue para su nacimiento. San Pablo utiliza para expresarlo otra imagen bíblica: la Iglesia es el templo del Espíritu Santo; es decir, la Iglesia es la morada del Espítiru Santo entre los hombres y mujeres.

El Espíritu Santo en la Iglesia es también com el alba en el cuerpo, es decir, lo que da vida a la Iglesia y la renueva. Es el que la guía en la actividad misionera. Es el que mantiene en la verdad.


-María en la comunidad cristiana
El libro de los Hechos de los Apóstoles, que es el que nos narra los inicios de la Iglesia, nos presenta a María, la madre de Jesús, preserte también en estos inicios. La primera comunidad se reunía con María para orar.

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